El ginseng es una planta pequeña, perenne y herbácea que brota cada primavera, con hojas palmeadas de punta redonda, flores blancas y frutos en forma de bayas rojas.

El origen del ginseng se remonta más de 5.000 años atrás, en el continente asiático, donde nace de forma espontánea en zonas montañosas. Su nombre en chino: “Gin-shin-jen”, significa: “La raíz del hombre”.

En el año 1600, los navegantes holandeses introdujeron las raíces de ginseng en Europa, donde la conocemos con el nombre de Panax ginseng o ‘planta que lo cura todo’.

A causa del alto riesgo de ir a las montañas en busca de ginseng salvaje y ante la creciente demanda mundial, Japón empieza a cultivarlo en el año 1710, Corea en 1760 y China en el 1900, convirtiéndola en la planta medicinal de Extremo Oriente más utilizada en la actualidad.

Ginseng, es el nombre genérico que reciben muchas plantas del género Panax o Panacea. Su parte más valiosa es la raíz, donde residen sus propiedades medicinales y sus principios activos (los ginsenósidos o saponósidos), y también posee vitamina B, minerales, enzimas y aceites esenciales.

 

Propiedades medicinales del Ginseng

 

La raíz del Panax ginseng está considerada, legalmente, como medicamento. La OMS precisa: ‘es un agente preventivo y restaurador frente a situaciones de debilidad, cansancio y agotamiento físico y mental, pérdida de concentración, así como durante la convalecencia’.

El Ginseng es una planta medicinal adaptógena, porque contiene sustancias que ayudan a nuestro sistema de defensa a resistir, adaptarse y minimizar el impacto en nuestro organismo de situaciones de estrés o sobreesfuerzo.

En períodos cortos, el ginseng mejora la resistencia al estrés, sirve como tónico y aumenta la concentración.

­En períodos largos, el ginseng mejora la recuperación de personas inmunodeprimidas o en situaciones degenerativas.

De todas sus propiedades, destacamos:

 

Sistema nervioso central

 

Favorece el crecimiento de los tejidos y de la masa muscular, reforzando nuestra energía en estados de agotamiento, sin crearnos sobreexcitación.

Su principio activo Rb1 mejora la memoria visual y reduce los efectos de la neurodegeneración, asociada a la pérdida de memoria.

 

Sistema inmunológico

 

Potencia el incremento de linfocitos, anticuerpos y actividad antiviral. Ha demostrado tener capacidades anticancerígenas, estimulando células especializadas en la detección y destrucción de bacterias y otros organismos dañinos.

 

Sistema cardiovascular

 

Reduce el consumo de oxígeno por parte del tejido muscular del corazón, agrandando el diámetro de los vasos sanguíneos y aumentando el flujo de sangre que puede pasar a través de ellos.

Su reputación como afrodisíaco podría venir de esta capacidad vasodilatadora en el cuerpo cavernoso (columnas del tejido eréctil).

 

Aparato gastrointestinal

 

Disminuye la descarga de ácido clorhídrico e incrementa la secreción de mocos, lo que contribuye a protegernos de úlceras gastroduodenales y contra el Helicobacter pylori.

 

Metabolismo

 

Actúa en la distribución de reservas de energía del organismo e induce a la hormona ACTH a que libere cortisol.

 

La sangre y los órganos hematopoyéticos

 

Dificulta la agregación plaquetaria, protege contra la degradación de los glóbulos rojos, disminuye los niveles de triglicéridos (colesterol malo) y aumenta los de HDL (colesterol bueno).

 

Antirradicalaria

 

Como receptor de radicales libres tiene capacidades depurativas, especialmente hepáticas, frente a algunos tóxicos como el alcohol.

 

Datos adicionales y contraindicaciones del Ginseng

 

Si no somos expertos en Fitoterapia o Farmacognosia, debemos ser cautos a la hora de utilizar plantas medicinales con efectos farmacológicos.

Lo más adecuado es preguntar en la farmacia por la mejor alternativa de ginseng para nuestra dolencia (tipo, formato, cantidades, frecuencia recomendada y conservación).

El ginseng se comercializa en diferentes formatos: raíz (entera, pulverizada o en trozos), cápsulas, infusiones, extractos, tabletas, cigarros, caramelos, chicles o ya incluida en otros productos de venta libre.

Antes de comprarlo, es importante que hablemos con nuestro médico o farmacéutico acerca de los medicamentos que tomamos, para evitar que interactúen provocándonos un problema de salud adicional.

En cuanto a sus contraindicaciones, no debemos consumirla si padecemos cáncer de mama, endometriosis o miomas uterinos. Tampoco si tomamos inhibidores de la monoaminooxidasa, derivados digitálicos o anticoagulantes.

No hay estudios que garanticen su seguridad en mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, ni en niños menores de doce años. Y, usarlo sin conocimiento, puede provocar hipertensión, insomnio, nervios, erupciones cutáneas, diarrea y hemorragias.

 

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