Para los seres humanos, la vida no sería posible sin la existencia de la microbiota: el conjunto de microorganismos que viven de manera natural en el organismo de todo ser vivo pluricelular.

Ante la duda sobre qué son los probióticos y qué beneficios aportan, sepamos que son claves para un crecimiento infantil óptimo, y que protegerán la flora intestinal de los más pequeños, favoreciendo su digestión, controlando su peso y salvaguardándoles de enfermedades.

 

¿Por qué son importantes los probióticos en la infancia?

 

Todas las microbiotas contienen un cifra concreta de arqueas, bacterias, levaduras, protozoos, hongos y virus que ejercen de barrera contra enfermedades y protegen el sistema inmunológico. Pero no todos los individuos somos iguales y cada persona tiene sus propias características microbianas.

Los bebés recién nacidos obtienen su microbiota en el momento del parto. Pero, al nacer, su sistema digestivo es inmaduro y no se consolida hasta los dos años de edad, condicionado por factores genéticos, ambientales y nutricionales. Esta es la razón principal de que los bebés recién nacidos sufran cólicos constantes, estreñimiento, regurgitación o alergias alimentarias.

 

Usos de los probióticos en la infancia

 

Las enfermedades infantiles para las que los profesionales sanitarios suelen recomendar el uso de probióticos para niños y bebés, son:

  • Cólico del lactante:  Lactobacillus reuteri DMS 17938.
  • Diarrea aguda viral: Lactobacillus rhamnosus, Sacharomyces cerevisiae boulardii o Lactobacillus reuteri.
  • Diarrea por uso de antibióticos: Lactobacillus, Bifidobacterium o Sacharomyces cervisiae boulardi.
  • Diarrea nasocomial:  Lactobacillus rhamnosus GG y Saccharomyces boulardii
  • Enfermedad inflamatoria intestinal:  Lactobacillus, Bifidobacterium y ColiDSM 17252.
  • Gastroenteritis aguda vírica:  Lactobacillus rhamnosus CG o Lactobacillus casei.
  • Infección por Helicobacter pylori:  Lactobacillus GG, Lactobacillus reuteriDSM 17938 o Saccharomyces boulardii.
  • Reservoritis:  Lactobacillus, Bifidobacterium y Streptococcus thermophilus.
  • Trastornos funcionales gastrointestinales ligados al dolor abdominal:Lactobacillus GG o Lactobacillus reuteri DMS 17938.
  • Trastornos funcionales gastrointestinales del lactante:  Lactobacillus spp. y Bifidobacterium spp.

Tengamos en cuenta que cada niño es diferente y posee una microbiota única, por lo que no debemos tomar a la pie de la letra el uso generalmente dado a los citados probióticos. Los niños y bebés deben acudir al pediatra para saber si el uso de probióticos es adecuado para su dolencia, qué probióticos debe utilizar y cómo incorporarlos en su dieta.

 

Probióticos naturales y probióticos de farmacia para bebés

 

Los beneficios de incluir probióticos en la alimentación del bebé incluyen:

  • Aumento de las defensas.
  • Disminución de enfermedades atópicas.
  • Reducción de cólicos o irritabilidad.
  • Tratamiento y minimización de infecciones gastrointestinales.

Durante la lactancia, la leche materna aporta al bebé toda la acción probiótica que el pequeño necesita. Son los probióticos para lactantes más resistentes, manteniéndose en su organismo cuando, a los cuatro o cinco años de edad, las características propias de su microbiota intestinal se consolidan.

Si embargo, cuando no sea posible alimentar al pequeño/a con leche materna, también encontraremos leche de fórmula con probióticos añadidos en la farmacia.

Cuando el nivel de probióticos en el bebé siga siendo insuficiente, también existen probióticos para bebés en forma de gotas o polvos, que podremos añadir a su biberón.

 

Probióticos naturales y probióticos de farmacia para niños

 

Entre los cuatro y los seis meses de edad, cuando el pequeño/a empiece a ingerir alimentos sólidos, podemos comprar alimentos infantiles con suplementos probióticos en la farmacia, donde también encontraremos probióticos para bebés en formato líquido, en cápsula o en polvo.

Cuando cumpla un año, o ya en su segundo año de vida, introduciremos alimentos sin triturar en su alimentación; será el momento de incluir probióticos naturales para niños, a base de alimentos fermentados, como: yogur, kéfir, kimchi o miso, y otros como: chocolate negro, encurtidos o pan de masa madre, entre otros. Alimentos incluidos en la lista de probióticos naturales y probióticos de farmacia para una alimentación adulta.

Si el pequeño/a sigue teniendo las defensas bajas, preguntemos al especialista sobre la conveniencia de añadir probióticos de farmacia para niños a su dieta diaria.

A partir de los cuatro o cinco años de edad, la microbiota infantil ya se habrá desarrollado como la de un adulto. De ahí la importancia de actuar sobre ella durante los primeros años de vida.

 

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