Los músculos esqueléticos voluntarios van unidos al hueso mediante los tendones. Esta unión puede ver afectada su operatividad por varias causas, la más común es el desgarro muscular o rotura fibrilar.

 

¿Qué es un desgarro muscular y por qué ocurre?

 

El desgarro muscular, también llamado rotura fibrilar, es una distensión o rotura de las fibras del tejido muscular. La causa más habitual es realizar un estiramiento que supere la capacidad del propio músculo, pero hay otros factores que pueden motivarlo, como: una lesión directa, falta de elasticidad muscular, no calentar antes de hacer ejercicio, hidratación o nutrición muscular deficiente, desequilibrio muscular o falta de descanso.

 

Síntomas de un desgarro muscular

 

Dependiendo de la magnitud de la lesión, clasificamos los desgarros musculares en tipos específicos, con síntomas e indicios concretos:

  • Primer grado o distensión muscular: traumatismo leve de las fibras musculares, percibido como un pinchazo, tensión muscular y zona lesionada anormalmente sensible. Nos permite realizar nuestras actividades con normalidad y su recuperación requerirá entre ocho y diez días. Lo más importante, en este caso, es identificarlo a tiempo y atenderlo debidamente, para evitar que empeore.
  • Segundo grado: se trata de un traumatismo moderado que conlleva rotura parcial de las fibras musculares. Detectaremos algo semejante a una pedrada en la zona exacta de la lesión, seguida de un dolor intenso, rigidez muscular, inflamación de la superficie lesionada, edema y aumento del dolor al intentar moverlo. Su recuperación requiere de dos a tres semanas y lo más importante es no moverse y hacer reposo.
  • Tercer grado: lesión grave con rotura total de las fibras musculares. Sentiremos un dolor muy fuerte, seguido de una inflamación y rigidez muscular considerable, pérdida total de movilidad y bultos desiguales en la zona afectada. Esta lesión exige cirugía y su recuperación puede durar entre tres y cuatro meses.

La gran mayoría de los desgarros musculares se producen en la parte baja de la espalda, donde la columna conecta con la pelvis, y en las piernas (cuádriceps, isquiotibiales y gemelos).

 

Desgarro muscular, tratamiento

 

La detección temprana y el tratamiento adecuado de un desgarro muscular, juegan un papel fundamental en su recuperación.

Debemos tener presente, que un desgarro muscular implica la contractura de los músculos próximos, que intentarán proteger al músculo dañado aun a riesgo de dañarse o desgarrarse ellos también. Un desgarro muscular mal tratado puede llevar a una tendinitis o a desconectar nuestro tejido dañado de su estructura muscular, provocando disfunciones en el sistema musculoesquelético y dificultando su recuperación.

El tratamiento adecuado para un desgarro muscular depende de su gravedad. Lo más indicado es acudir a un especialista a que identifique el tipo de lesión que padecemos y establezca un tratamiento. La terapia más aplicada y conocida para desgarros musculares es el método PRICE:

  • Proteger: la zona afectada de otras posibles lesiones.
  • Reposar: para dar tiempo al músculo a recuperarse.
  • Aplicar hielo: para bajar la inflamación, evitando el contacto directo del hielo con la piel. Pregunta al farmacéutico/a por los productos de frío/calor para golpes, de venta libre en la farmacia.
  • Comprimir: ejercer presión sobre la zona afectada con vendajes adecuados. Pregunta al farmacéutico/a por los vendajes semicompresivos de venta libre farmacias.
  • Elevar: la zona afectada para reducir la inflamación.

En los desgarros musculares de primer grado, podemos tomar antiinflamatorios no esteroideos (AINE) de venta libre en farmacias, para bajar la inflamación y disminuir el dolor.

En caso de rotura de fibras, lo más probable es que necesitemos una intervención quirúrgica, en cuyo caso es importante el seguimiento por parte de un traumatólogo y un fisioterapeuta especialista en rehabilitación.

Sea cual sea la gravedad de tu lesión, la clave es guardar reposo siempre durante los dos o tres primeros días de la lesión.

 

Tratamientos naturales para desgarros musculares

El uso de plantas medicinales para tratar desgarros musculares, es apropiado para:

  • Aliviar el dolor: cúrcuma, onagra o sauce.
  • Conservar las articulaciones en buen estado: cola de caballo y alimentos como: garbanzos, legumbres, perejil, lentejas, nueces y tofu.
  • Relajar el músculo en tensión: aceite de árnica, aceites esenciales (eucalipto, serpol), ajenjo, consuelda, menta o verbena.

Recuerda que la fitoterapia es un proceso de medicación que debe monitorear un profesional sanitario. Pregunta en la farmacia por las plantas medicinales más adecuadas para tu caso particular y el modo correcto de utilizarlas.

 

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