La finalidad de las soluciones de rehidratación oral (SRO), o sueros orales, es evitar la deshidratación y pérdida de sales minerales, facilitando la cantidad de agua, sodio, potasio y azúcar que los niños necesitan para estar debidamente hidratados.
Síntomas de deshidratación en niños y bebés
La deshidratación es la disminución significativa del agua y electrolitos presentes en el cuerpo humano. Los bebés y los niños son más susceptibles a deshidratarse que los adultos porque sus cuerpos son más pequeños; los lactantes son especialmente vulnerables.
La diarrea y la gastroenteritis son las causas más comunes de deshidratación infantil en el mundo. Alrededor de un 10% de las visitas al pediatra, o a urgencias, son debidas a episodios de gastroenteritis infantil aguda y la diarrea es habitual en bebés y niños menores de 5 años, cuando su sistema inmune aún no está desarrollado. Los pequeños tienden a deshidratarse durante procesos de diarrea, vómitos, fiebre, insolación o golpes de calor, sudoración excesiva, quemaduras o exceso de orina.
Cómo distinguir el nivel de deshidratación de un menor
Para determinar qué grado de deshidratación infantil sufre el pequeño, prestemos atención a los siguientes síntomas:
Ausencia de deshidratación
Condiciones generales óptimas, ojos normales, presencia de lágrimas, humedad en boca y lengua, sed normal o inexistente, micción normal y, al pellizcarle la piel, el pliegue desaparece rápidamente. Si el pequeño tiene diarrea pero no presenta síntomas de deshidratación, la recomendación es continuar con la alimentación normal, pero con mayor frecuencia, y dar al pequeño más líquidos de los habituales, para compensar la pérdida.
Deshidratación infantil leve o moderada (dos o más de los siguientes indicios)
Estado de nerviosismo e intranquilidad, ojos hundidos, fontanela hundida, ausencia de lágrimas, menos micción, boca y lengua secas, respiración profunda, mucha sed (el pequeño beberá rápido y con ansia) y, al pellizcar su piel, el pliegue desaparece lentamente (menos de dos segundos). En este caso, usemos sueros orales infantiles en dosis de 50ml/kg (leve) 100ml/kg (moderada) (mililitros por kilo del pequeño) y en cantidades iguales cada cinco minutos, durante las cuatro primeras horas. Cuando el pequeño deje de vomitar/defecar durante seis horas, debe volver a comer con normalidad. Lo más indicado es acudir al médico a que nos indique la cantidad y frecuencia de suero oral infantil que necesita el pequeño.
Deshidratación infantil grave (dos o más de los siguientes indicios)
Letargo, inconsciencia, tono muscular disminuido, pulso rápido, respiración rápida, frío, sudores, ojos muy hundidos y secos, fontanela muy hundida, ausencia de lágrimas y orina, dificultad o incapacidad para beber y, si le pellizcamos la piel, los pliegues desaparecen muy lentamente (más de dos segundos). Esta es una situación que pone en peligro la vida del pequeño y debe acudir de inmediato a urgencias pediátricas, donde le administrarán suero oral por vía endovenosa.
Los suelos orales infantiles suelen ser soluciones hipotónicas, pero la diferencia más importante no está en el tipo de suero sino en las cantidades a ingerir. En la farmacia encontraremos presentaciones de suero oral para niños en polvo, formato líquido o gelatina. Pregunta al farmacéutico por el formato de suero oral más adecuado para el pequeño y cómo administrarlo correctamente.
Contraindicaciones en el uso de sueros orales infantiles
Está totalmente contraindicado el uso de suero oral casero (a excepción de países subdesarrollados, cuando sea imposible adquirir suero oral infantil en la farmacia), agua sola, con azúcar o sales añadidas, bebidas energizantes o bebidas gaseosas. Aunque el suero oral infantil es la herramienta más eficaz para prevenir y tratar la deshidratación en menores, no deben administrarse en bebés prematuros o menores de un mes, pues su organismo no está preparado para asimilar alimentos distintos a la leche.
Para solucionar una deshidratación en bebés prematuros o menores de un mes, aumentemos las tomas de leche y nunca le ofrezcamos agua u otros líquidos. Los bebés mayores de un mes pueden tomar suero oral infantil, entre toma y toma. Averigua en la farmacia el suero oral infantil más adecuado para su caso y la forma correcta de administrárselo. Si nuestros intentos de hidratar al pequeño no funcionan, acudamos de inmediato a urgencias pediátricas.
Además de la inconveniencia de dar suero oral a bebés prematuros o menores de un mes, existen otras contraindicaciones:
- Alergia o hipersensibilidad a alguno de los componentes del suero oral.
- Bebés que no toleran las ingestas orales.
- Casos de deshidratación grave.
- Cuando existe alteración de la conciencia.
- Diabéticos o con malabsorción de la glucosa.
- Insuficiencia renal o cardíaca.