La degeneración macular asociada a la edad (DMAE) es un trastorno que afecta a la mácula, que es la región central de la retina. La mácula consiste en una pequeña mancha que posibilita la visión nítida y permite visualizar los detalles y el movimiento.

Cuando esta mancha amarilla está afectada, puede producir una visión borrosa o puntos ciegos. De acuerdo con un estudio realizado por la Sociedad Española de Retina y Vítreo, “es una enfermedad progresiva que afecta principalmente a personas mayores de 50 años con factores de riesgo o predisposición genética. Se considera la principal causa de ceguera legal a partir de los 55 años de edad en el mundo occidental”.

 

Tipos de DMAE: seca o húmeda

 

Esta enfermedad se manifiesta de dos formas: la degeneración macular húmeda, o exudativa, y seca, o atrófica. Si bien ambas patologías tienen causas asociadas a la edad y al envejecimiento, la mayoría de las personas desarrolla en primer lugar la DME seca.

La degeneración macular seca se caracteriza por la presencia de depósitos amarillos y la fragilidad de los vasos sanguíneos. En muchos casos, los pacientes con este tipo de degeneración macular no desarrollan ningún síntoma y solo se puede detectar mediante pruebas oftalmológicas.

La degeneración macular húmeda es menos frecuente, pero avanza más rápido. De hecho, en algunos casos, puede producir una pérdida irreversible de la visión central. Consiste en la presencia de venas anormales que provocan hemorragias y derrames en las diferentes capas de la retina.

 

Los síntomas de la degeneración macular

 

La DMAE puede ser, en un primer momento, asintomática, lo que dificulta el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado de la enfermedad. Sin embargo, la detección precoz es esencial debido a que los pacientes pueden sufrir una importante pérdida de agudeza visual en el primer año. Además, según el trabajo de la Sociedad Española de Retina y Vítreo, “la aparición de DMAE húmeda en un ojo predispone al desarrollo de la enfermedad en el otro ojo”.

Cuando la patología avanza comienza a producir dificultad para leer o apreciar detalles y visión borrosa en la región central. Además, puede generar manchas oscuras que van creciendo con el tiempo, puntos ciegos y distorsiones visuales.

Ante la presencia de síntomas o indicios del desarrollo de DMAE, es fundamental acudir a consulta con un especialista en Oftalmología.

 

Tratamiento: los beneficios de los antioxidantes

 

La causa fisiopatológica de la degeneración macular asociada a la edad no está establecida. Sin embargo, existen factores de riesgo que aumentan la posibilidad de desarrollar esta enfermedad: la edad, el tabaquismo y la genética. Por esta razón, una de las principales recomendaciones que debe hacer el especialista al paciente es dejar de fumar y seguir una dieta saludable basado en frutas, verduras y pescado azul.

Por otro lado, existen múltiples investigaciones científicas que avalan el tratamiento de la DMAE con antioxidantes, como la vitamina E, C, zinc, cobre y luteína. Los estudios demuestran que estos antioxidantes disminuyen en un 25% la progresión de esta patología ocular.

Trabajos científicos posteriores se han centrado en la importancia de la luteína y la zeaxantina, ambos carotenoides que están naturalmente en la retina. Se ha evidenciado los resultados positivos que conlleva la inclusión de estos nutrientes en la dieta y, junto con los complementos nutricionales, pueden colaborar en la prevención de la DMAE.

 

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