‘Depilación’ es el término generalizado que utilizamos para referirnos a cualquier método que nos sirva para eliminar el vello corporal. Pero, estrictamente hablando, cuando hablamos de depilación estamos refiriéndonos al proceso de eliminar solo la parte superficial del pelo, sin retirar la raíz.

‘Epilar’ sería el termino correcto para referirnos a la técnica dermoestética con la que eliminar el vello corporal desde la raíz. Aunque, actualmente, ambos términos están aceptados.

 

Métodos de depilación: eliminar el vello de raíz

 

Eliminar el vello de raíz propicia la ralentización de su crecimiento, la disminución de su fuerza y evita que la zona tratada se oscurezca y que los pelos se enquisten (foliculitis).

Los componentes de los distintos métodos de epilación carecen, casi por completo, de componentes químicos. A excepción de las ceras no ecológicas, que se componen, fundamentalmente, de derivados de resina de pino (colofonia), cera natural de abejas, antioxidantes, pigmentos y, en algunas, dióxido de titanio.

Examinemos los métodos para epilar que podemos llevar a cabo en nuestra propia casa. De todos ellos encontraremos distintos modelos en venta en farmacias, consulta al farmacéutico para decidir el más apropiado a tus propósitos y tipo de piel:

Depilar con cera: existen varias opciones para depilar con cera:

  • Cera fría: en forma de bandas flexibles, con una fina capa de cera en una de sus caras. Podemos optar por la cera fría tradicional o por cera fría ecológica. Este método está recomendado para pieles varicosas o con problemas circulatorios, y es el método de depilación casero con cera más rápido que existe.
  • Cera tibia: en forma de tarro, con un contenido semisólido a que hay que calentar a temperatura corporal (38º). Podemos optar por la cera tibia tradicional o por cera tibia ecológica. Este método es el más recomendado para pieles sensibles y el más indicado en brazos y piernas.
  • Cera caliente: en forma de resina que se funde a 50º para volverla pegajosa. Podemos optar por la cera caliente tradicional o por cera caliente ecológica. Es el método más indicado en axilas, abdomen o ingles, y el más recomendado cuando no se tiene sensibilidad especial en ninguna zona del cuerpo, cuando el pelo ha crecido notablemente o cuando queremos un resultado duradero.

 

No se recomienda la depilación con cera durante el ciclo menstrual, pues la piel está más sensible.

 

Hilo: retira el vello mediante un hilo de algodón o seda, que colocamos entre los dedos índice y pulgar, para moverlo hacia delante y hacia atrás. Es un método muy recomendado para el rostro, sobre todo en personas con pieles sensibles o alérgicas. Sin embargo, requiere cierta formación y destreza.

 

Depiladoras: existen varios tipos de depiladoras entre las que podemos escoger:

  • De luz pulsada (IPL): actúan sobre la raíz del pelo impidiendo que vuelva a crecer. Es apta para cualquier tipo de piel y pelo, y debe aplicarse varias veces para obtener resultados (en una estación del año en la que no nos dé el sol directamente sobre la zona tratada).
  • Eléctrica: actúan instantáneamente, extrayendo el pelo de raíz mediante discos rotatorios incorporados al cabezal. Existen varios tipos: inalámbrica, de zona íntima y faciales.
  • De hilo: dispositivos de depilación instantánea mediante hilo, especialmente indicados para personas con pieles sensibles o alérgicas.

 

Pinzas de depilar: utensilio básico de belleza, principalmente fabricado en acero inoxidable o níquel. Sus distintas formas se diferencian por la punta:

  • Punta recta: para pelos enquistados.
  • Punta oblicua: para delinear formas y retirar pelos largos o medianos.
  • Punta fina: para pelos muy cortos y finos.

 

No es recomendable la depilación cuando tenemos la piel quemada, padecemos acné, rosácea o varices, en cuyo caso, la más recomendada es la cera fría. Y, es fundamental evitar exponernos al sol en las 24 horas posteriores a la depilación.

 

¿Cómo afecta la eliminación del vello de raíz a nuestra piel?

 

Un método de epilación totalmente inofensivo para la piel, no existe. Los profesionales sanitarios aclaran que, cuando nuestra piel está sana, si los métodos son respetuosos con ella y se practican con conocimiento, no tienen por qué resentir la piel.

Aun así, ciertos procesos irritativos transitorios se dan en la inmensa mayoría de las personas. Antes de iniciar cualquier proceso de depilación, tomemos la precaución de leer detenidamente las instrucciones de uso.

Al epilar, lavemos con agua caliente la zona a tratar y sequémosla. Y, a ser posible, exfoliemos la zona el día anterior. No es práctico aplicar cremas ni aceites corporales antes de epilar, pues impediremos la correcta eliminación del vello. Al terminar, apliquemos un poco de alcohol para disminuir los procesos irritativos transitorios y evitar que se infecten los poros.

Finalmente, retiremos los residuos con agua fría y extendamos crema hidratante, loción post depilación o gel calmante en la zona tratada.

Existen distintos modelos en venta en farmacias, consulta al farmacéutico para decidir el más apropiado a tu tipo de piel.

 

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